Diseases & Conditions
Quiste de Baker (quiste poplíteo) (Baker’s Cyst (Popliteal Cyst))
Los quistes de Baker, también conocidos como “quistes poplíteos”, son una de las afecciones más frecuentes de la rodilla. Estos quistes llenos de líquido forman un bulto en la parte de atrás de la rodilla que, con frecuencia, provoca rigidez y molestia. La afección lleva ese nombre por el cirujano que la explicó por primera vez en el siglo XIX, el Dr. William Morrant Baker.
Por lo general, los quistes de Baker se producen por un problema dentro de la articulación de la rodilla, como la osteoartritis o el desgarro de meniscos. Estas afecciones hacen que la articulación produzca líquido en exceso, lo que puede derivar en la formación de un quiste.
La mayoría de los quistes de Baker mejoran con el tratamiento sin operacion, que incluye cambios en las actividades y medicamentos antiinflamatorios. Incluso, algunos quistes pueden desaparecer por sí solos, sin ningún tratamiento.
Anatomía
La rodilla es la articulación más grande y fuerte del cuerpo. Está compuesta por el extremo inferior del fémur (hueso del muslo), el extremo superior de la tibia (espinilla), y la rótula. Un tejido suave y resbaladizo, llamado “cartílago articular”, recubre y protege los extremos de los huesos donde se unen para formar la articulación.
La articulación de la rodilla está llena de un líquido transparente (líquido sinovial), que actúa como un lubricante para ayudar a reducir la fricción en la articulación. Las bolsas pequeñas llenas de líquido, llamadas “bursas”, protegen la articulación y ayudan a reducir la fricción entre los músculos y otras estructuras circundantes.
Causa
En los adultos, los quistes de Baker, por lo general, se producen por una lesión o una afección que provoca hinchazón e inflamación dentro de la articulación de la rodilla, como lo siguiente:
- Osteoartritis
- Artritis reumatoide
- Desgarro de meniscos
- Desgarro del ligamento cruzado anterior (anterior cruciate ligament, ACL)
- Otras afecciones que dañan los tejidos dentro de la articulación
En respuesta a esta inflamación, la rodilla produce líquido sinovial en exceso, que se traslada hacia la parte de atrás de la rodilla y se acumula en la bursa poplítea. En consecuencia, la bursa se hincha y se abulta, y forma un quiste de Baker.
Los quistes de Baker en los pacientes más jóvenes, a menudo, no tienen una causa conocida.
Síntomas
Algunos quistes de Baker no provocan síntomas, y solo se descubren incidentalmente en un examen físico o cuando se toman imágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) por otro motivo. Cuando se producen síntomas, estos pueden ser los siguientes:
- Sensación de pesadez o bulto detrás de la rodilla
- Dolor de rodilla
- Rigidez o tensión en la parte de atrás de la rodilla
- Hinchazón en la rodilla y en la pantorrilla
Si el quiste se vuelve muy grande, puede afectar la circulación sanguínea en las venas de la pierna. Esto puede provocar dolor, hinchazón, debilidad o, incluso, entumecimiento si hay una compresión de los nervios. Con muy poca frecuencia, el quiste puede romperse.
A veces, los síntomas de un quiste pueden parecerse a los de un coágulo sanguíneo o una trombosis venosa profunda, un problema mucho más grave. Si el dolor aumenta y hay hinchazón en la pantorrilla, es importante que busque atención médica de inmediato para descartar que haya un coágulo sanguíneo.
Examen médico
Antecedentes médicos y examen físico
El médico documentará sus antecedentes médicos completos y le pedirá que describa sus síntomas. Querrá saber si usted ha tenido una lesión en la rodilla anteriormente.
Luego, examinará minuciosamente la rodilla afectada y la comparará con la rodilla sana. Durante el examen, el médico buscará si hay lo siguiente:
- Hinchazón
- Inestabilidad de la articulación
- Sonido de crujido o chasquido al flexionar la rodilla
- Rigidez de la articulación y amplitud de movimiento limitada
Su médico también palpará (tocará) la parte de atrás de la rodilla donde está el quiste. Con frecuencia, un quiste se vuelve rígido cuando la rodilla está totalmente extendida, y blando cuando la rodilla está flexionada.
Pruebas de diagnóstico por imágenes
Es posible que le indiquen que se haga pruebas de diagnóstico por imágenes para ayudar a confirmar el diagnóstico y obtener más información sobre su afección.
Radiografías. Estos estudios brindan imágenes de estructuras densas, como los huesos. Aunque los quistes no se pueden ver en una radiografía, su médico podría indicarle una para detectar si hay un estrechamiento del espacio articular y otros signos deartritis en la articulación.
Ultrasonido. Este estudio usa ondas de sonido para crear imágenes de estructuras dentro del cuerpo. Un ultrasonido ayuda al médico a ver el bulto detrás de la rodilla en mayor detalle y a determinar si es sólido o si está lleno de líquido.
Imágenes por resonancia magnética (MRI). Estos estudios brindan imágenes claras de los tejidos blandos del cuerpo. Su médico puede indicarle una MRI para saber más sobre su quiste y para detectar si hay un desgarro de meniscos u otra afección subyacente.
Tratamiento
Tratamiento no quirúrgico
La mayoría de los quistes de Baker desaparecen por sí solos. En el caso de los quistes que no desaparecen, el tratamiento inicial es siempre de naturaleza no quirúrgica y puede incluir una o más de las siguientes medidas:
- Observación. Su médico podría recomendar simplemente observar el quiste con el tiempo para asegurarse de que no se agrande ni provoque síntomas dolorosos.
- Modificación en las actividades.Disminuir la actividad y evitar las actividades de alto impacto que fatigan la rodilla, como trotar y hacer ejercicios aeróbicos, puede ayudar a aliviar los síntomas.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Los medicamentos como el ibuprofeno y el naproxeno pueden ayudar a reducir el dolor y la hinchazón.
- Inyección de esteroides.Su médico podría inyectar un medicamento corticoesteroide en la articulación de la rodilla para reducir la inflamación.
- Aspiración.En este procedimiento, el médico adormece el área alrededor del quiste y, luego, usa una aguja para drenar el exceso de líquido de la articulación. Con frecuencia, la aspiración se hace usando un ultrasonido para guiar la colocación de la aguja.
Tratamiento quirúrgico
Con poca frecuencia, es necesario hacer un tratamiento quirúrgico para el quiste de Baker. Sin embargo, podría recomendarse si usted tiene síntomas dolorosos que no se alivian con el tratamiento no quirúrgico o si el quiste regresa repetidas veces después de la aspiración.
Artroscopia. En este procedimiento, su médico hace pequeñas incisiones bajo anestesia y, luego, inserta una cámara pequeña, llamada “artroscopio”, en la articulación de la rodilla. La cámara muestra imágenes en una pantalla de video, y su médico las usa para guiar los instrumentos quirúrgicos pequeños.
La artroscopia se usa para tratar afecciones dentro de la rodilla, como los desgarros de meniscos, que pueden producir un quiste de Baker.
Extirpación. En el caso de los quistes grandes o aquellos que causan problemas vasculares y en los nervios, su médico podría hacer un procedimiento quirúrgico abierto para extirpar (quitar) todo el quiste.
Recuperación
Es muy importante que siga las instrucciones de recuperación para evitar la reaparición del quiste de Baker.
Movimiento inicial. Si le han aspirado el quiste o si ha tenido una cirugía artroscópica, es muy probable que le permitan caminar inmediatamente después del procedimiento, pero debe evitar las actividades extenuantes durante la recuperación.
Rodillera. Su médico podría recomendarle que use una rodillera durante varias semanas después de la cirugía para inmovilizar la rodilla.
Fisioterapia. Hay ejercicios específicos que ayudarán a mejorar la amplitud de movimiento y a fortalecer los músculos que rodean a la rodilla.
El tiempo de recuperación de la cirugía varía según el paciente y si la afección subyacente en la articulación se trató durante el procedimiento. Se prevé que la mayoría de los pacientes puedan reanudar todas sus actividades aproximadamente entre 4 y 6 semanas después de la cirugía.
Last Reviewed
marzo 2021
AAOS does not endorse any treatments, procedures, products, or physicians referenced herein. This information is provided as an educational service and is not intended to serve as medical advice. Anyone seeking specific orthopaedic advice or assistance should consult his or her orthopaedic surgeon, or locate one in your area through the AAOS Find an Orthopaedist program on this website.